En el entorno del sistema judicial, la mediación surge como un puente para la resolución de conflictos, ofreciendo una alternativa dialogada y colaborativa. En esta ocasión, exploramos de la mano de Carmen Marín Álvarez, Letrado de la Administración de Justicia y Coordinadora de la Unidad de Mediación Intrajudicial de Murcia (UMIM), cómo el voluntariado y las habilidades interpersonales juegan un papel importante en la mediación.
Entrevista a Carmen Marín Álvarez, Letrado de la Administración de Justicia y Coordinadora de la Unidad de Mediación Intrajudicial de Murcia (UMIM)
Misión y participación del voluntariado:
La misión de la UMIM se centra en proporcionar un espacio dedicado al diálogo y la resolución de conflictos dentro del contexto judicial. Según Carmen, integrar a los voluntarios en esta misión es fundamental para fortalecer la labor mediadora de los tribunales. Los voluntarios participan activamente a través de un taller inicial de formación, seguido de sesiones de seguimiento continuo. Firman un compromiso de confidencialidad y colaboración, asegurando así su alineación con la visión y misión de la UMIM. Este proceso no solo los prepara para la mediación, sino que también fortalece su compromiso con la justicia y la resolución pacífica de conflictos.
El valor del voluntariado en la UMIM va más allá de la mediación en sí misma. Carmen nos comenta que, los voluntarios aportan un enfoque humano y colaborativo que es necesario para el funcionamiento de la unidad. Actúan como un equipo de apoyo para los mediadores, facilitando un espacio donde las partes en conflicto pueden dialogar, comprenderse mutuamente y encontrar soluciones. Este enfoque no solo representa un desafío personal para los voluntarios, sino también una oportunidad única para contribuir al bienestar social mediante la gestión efectiva de conflictos.
Actualmente, la UMIM cuenta con aproximadamente 90 colaboradores dedicados a gestionar y ofrecer mediación en diversos ámbitos como lo penal, civil, contencioso y menores infractores. Su labor incluye la redacción de actas preparatorias que son fundamentales para el proceso judicial, asegurando un registro detallado y preciso de las sesiones de mediación.
El aprendizaje del voluntariado:
El aprendizaje de los voluntarios en la UMIM abarca tres niveles significativos: teórico, práctico y humano. Adquieren conocimientos profundos sobre la mediación, desarrollan habilidades especializadas en la resolución de conflictos familiares, civiles y contenciosos, y experimentan un crecimiento personal al ayudar a las personas y familias a encontrar soluciones constructivas a sus problemas. Las habilidades interpersonales que se requieren incluyen empatía, la resolución de problemas, asertividad, habilidades para el trabajo en equipo y liderazgo, todas necesarias para desempeñar eficazmente la mediación.
El valor añadido del voluntariado:
La esencia del voluntariado en la UMIM se define por el compromiso inquebrantable, la pasión por la labor realizada y la convicción en la causa de la justicia y la resolución pacífica de conflictos. Este compromiso no solo fortalece la estructura de la unidad, sino que también enriquece la experiencia de los voluntarios al permitirles aplicar sus habilidades profesionales en un contexto significativo y socialmente impactante.
Este proyecto es posible gracias a la colaboración de la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.