El voluntariado y la música: alegrar el día y alegrártelo de vuelta

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Una de las experiencias más transformadoras que propone Talante Solidario es descubrir cómo las competencias blandas se hacen visibles en el día a día del voluntariado. La teoría sobre habilidades como la empatía, la comunicación o el trabajo en equipo se convierte en algo tangible cuando se lleva a la práctica, y pocas experiencias lo muestran tan claramente como la de Marcos Lesaola.

Marcos es voluntario de la Fundación FADE y forma parte del programa Cantando Emociones, una iniciativa que acerca la música a personas mayores en residencias y hospitales como herramienta de acompañamiento y conexión emocional. Con su guitarra y su voz, Marcos comparte momentos de alegría y compañía a través de canciones que despiertan recuerdos, generan sonrisas y hacen más llevadera la soledad.

Además, es alumno de Talante Solidario, un programa que le brinda la oportunidad de profundizar en las competencias necesarias para potenciar su acción voluntaria. Allí, Marcos encuentra herramientas que enriquecen su capacidad de escucha, su cercanía y su manera de relacionarse con los demás, cualidades que resultan esenciales cuando la música se convierte en un puente para llegar al corazón de las personas.

Queremos compartir su experiencia porque encarna a la perfección el espíritu de Talante Solidario: voluntarios que se forman para servir mejor, que convierten sus talentos en un regalo para los demás y que descubren en el voluntariado un camino de crecimiento humano y profesional.

La misión de FADE

¿Cuál es la misión principal de la entidad ?, ¿qué te aporta la entidad para   prestar tu tiempo como voluntario?  

Presto mi voluntariado en FADE (acrónimo de Fundación de Ayuda al Desarrollo y la Educación), cuyo objetivo es ayudar a las personas en situación de vulnerabilidad (mujeres, niños y ancianos principalmente). Se fundó en el año 2004, y su misión es poner “manos a la obra” a las personas (voluntarios) para que actúen y se impliquen en la prevención y resolución de problemas sociales que afectan a estas personas. 

En cuanto a mi tiempo como voluntario, la Entidad me aporta estructura, organización, conocimiento y experiencia. Llevan desde el año 2004 desarrollando su actividad, innovando, corrigiendo, actualizándose a los cambios de la sociedad y manteniéndose activos. Con sus 4 programas (bautizados como Aporta, Valora, Secunda y Cooperación al Desarrollo) diferencian los objetivos y recursos necesarios para dar la máxima eficacia a cada uno de ellos, en base a sus prioridades. Además, confío en su conocimiento y experiencia en cada uno de estos campos, de manera que entiendo que tienen muy claro cómo dirigir a los voluntarios y recursos de la manera más eficiente posible. 

“Cada canción toca un tema específico de las emociones y su sensiblidad”

¿Cuál es el objetivo de la actividad en la que participas como voluntario?   

Participo en el Programa Cantando Emociones. El objetivo es llegar a establecer conversaciones y dinámicas de grupo principalmente en residencias de mayores y centros de día, utilizando canciones como recurso de debate. Se trata de un repertorio de 12 canciones diseñadas exclusivamente para este fín por el responsable académico y tutor del Programa César García-Rincón de Castro, en el que cada una toca un tema específico de las emociones y su sensibilidad. 

¿En qué consiste esa actividad?   

Con este enfoque se canta una canción, se “desmenuza” la letra y el mensaje de la canción. Posteriormente se abre un debate sobre el asunto del que trata la canción, así como las opiniones que despiertan en los residentes. Los voluntarios animan a todos a participar, y a veces se hace un juego o dinámica que tenga que ver con el tema, para hacerlo divertido y entretenido. 

¿Qué papel clave juegas tú como voluntario en esa actividad?  

Mi papel es de músico, cantante y director de la sesión. Hago primero una pequeña introducción del tema, dando unas ideas para motivar y ambientar el tema. Posteriormente la canto unas cuantas veces, al principio yo solo, y después con ellos, para que resulte familiar y pegadiza, y la gente la interiorice. Después, o bien hago yo unas preguntas abiertas para que la gente participe, o bien son los voluntarios que me acompañan (y que conocen mejor que yo a los residentes) quienes dirigen esa sesión de preguntas a quienes ellos quieren. 

Posteriormente pregunto a qué otra canción les recuerda lo que hemos cantado, e invito a si quieren cantarnos un poquito, o bien cierro con canciones que a ellos les despierten buenos recuerdos. 

Y finalizamos haciendo una dinámica de grupo ya diseñada para tal fin, y que es diferente para cada canción. De manera que reforzamos el mensaje del tema que queremos transmitir en cada canción. Cerramos la sesión con unas sugerencias para vivir con más bienestar. 

Sobre qué te aporta el voluntariado

Personalmente me aporta algo muy importante: sentir que estoy siendo útil ayudando con mi tiempo y dedicación a que personas que lo necesitan. Esto actúa como un boomerang, ya que a su vez recibo su cariño y agradecimiento, y eso me hace sentir muy bien. Doy alegría, y recibo alegría. 

¿Y a nivel profesional?   

A nivel profesional, nada. Me gano la vida de otra manera, esto lo hago puramente por gusto. Quizás me pueda hacer, de manera indirecta, relacionarme de una manera más cercana con mis clientes, pero no directamente como relación causa-efecto. 

¿Qué crees que “se lleva puesto” un voluntario que hace una labor como la que tú llevas a cabo?   ¿Qué aprende? 

Lo más importante es el cariño que le pones a la actividad. Canto para que la gente disfrute. Para alegrarles la tarde. Eso hace que se les ilumine la mirada, que les cambie la cara, y que olviden sus penas. Aprendes dos cosas: 

Una: que, aunque a veces no te apetezca (no siempre estás “cantarín”), estás animando a las personas a salir de su tristeza y entrar en la alegría. Y, además, en grupo, donde el ambiente se contagia. Por lo que ese esfuerzo se ve más que recompensado. 

Y dos: que esa alegría que tienen cuando les cantas, se te devuelve a ti, y tú también te ves contagiado de esa alegría que ellos desprenden. 

Siempre salgo de las sesiones con una gran sonrisa, y pensando: “¡Qué bien ha estado!”.

Desde tu punto de vista, o tu experiencia ¿Qué tres habilidades interpersonales son más importantes para un voluntario y por qué esas tres?  

Cada voluntario es diferente, ya que tenemos distintas fortalezas y debilidades. En mi caso concreto, creo que las habilidades más importantes son la empatía, la comunicación y el liderazgo. 

Empatía: Yo quiero que las sesiones sean muy próximas emocionalmente a las personas, por lo que la empatía es básica. Quiero tocar esa sensibilidad que transporte con la música a la persona a una época en la que fue feliz, de la que tiene buenos recuerdos, y que para cada una es diferente. Para ello tienes que ser empático, y ponerte en el lugar de la otra persona (cuantas veces me han pedido canciones que a mí no me gustan, pero que para el mayor le trae buenísimos recuerdos; se la canto como si realmente me encanta, aunque no sea así; pero pongo todo de mi parte para que no se note) 

Comunicación: no todo el rato estoy cantando. Presento la sesión, hablo de la emoción que vamos a tratar en la canción, involucro a los oyentes, abro debates, interpelo a las personas mediante preguntas, etc…, para lo cual la habilidad de la comunicación es muy importante. 

Liderazgo: conmigo, aparte de los usuarios, están los voluntarios. He de dirigir la sesión para que resulte amena, pero también eficaz y que cumpla el objetivo para la cual la canción ha sido diseñada. Obviamente, la habilidad del liderazgo en muy útil para este cometido. 

Su recomendación sobre la formación de Talante Solidario

Nadie nace “aprendido”. La formación es fundamental en todo momento y a cualquier edad. Los cursos de formación de Talante Solidario están diseñados precisamente desde el punto de vista del voluntariado, de manera que se adaptan perfectamente a lo que el voluntario necesita saber para desarrollar de la forma más eficaz su función.  

Destaca 3 motivos que compartirías para hacer Talante Solidario.  

1.- El abanico de temas es muy amplio, y se adapta a las diferentes fortalezas/debilidades de cada persona, de manera que es fácil encontrar el “menú” de formación más adaptado a cada persona en concreto. 

2.- Te permite flexibilidad de horarios, de manera que eres tú quien decide en qué momento del día puedes estar más concentrado para aprenderlos. Además, en función del programa al que te dirijas (Aporta, Valora, Secunda y Cooperación al Desarrollo), puedes necesitar priorizar en diferente orden tu formación, ya que cada programa requiere diferentes habilidades. Talante Solidario está diseñado para que esa flexibilidad sea fácil de realizar. 

3.- Es una enseñanza de gran calidad. Son cursos diseñados con cariño, con profesionalidad y con interés. El enfoque es actual, y se interesa en que los conocimientos sean aplicables en la práctica, no solamente sobre el papel. Finalmente, una vez terminados se acreditan, de manera que esa habilidad aprendida sea certificada de manera oficial. 

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