La colaboración de la Fundación FADE con el Hospital Morales Meseguer permite el acompañamiento a pacientes que atraviesan un periodo de hospitalización prologado o en situación de soledad. Gracias a este servicio de acompañamiento de voluntarios de FADE, en coordinación con el servicio de Atención al Paciente de este hospital, se ha podido hacer realidad el sueño de Antonio, paciente hospitalizado de 75 años: conocer el Teatro Romea. Este trabajo en red ha facilitado que el hospital pudiera solicitar este sueño a la Fundación Ambulancia del Deseo.
Sin familiares que lo pudieran visitar, Antonio pasaba sus días leyendo en la última habitación de un pasillo del hospital, donde rara vez tenía contacto con otras personas. Sin embargo, gracias a la compañía de nuestros voluntarios de FADE, encontró momentos de alegría e ilusión. Así conoció a Paco Cano, un voluntario de FADE, que junto compañía y apoyo emocional, ha ayudado a encauzar el deseo de Antonio en coordinación con la Fundación Ambulancia del Deseo, el Hospital Morales Meseguer y el Hospital Villa De Mar, centro de Cuidados Medios en San Pedro Del Pinatar, al que ha sido recientemente trasladado.
Antonio, amante del teatro y la danza, soñaba con asistir a una obra en Murcia donde se trasladó desde Barcelona. Sin embargo, debido a su situación económica y de salud, no había conseguido entrar.
Su larga estancia hospitalaria ya iba dejando huella en el ánimo de Antonio, por eso se mostró emocionado y animado cuando el pasado sábado 1 de junio de 2024, gracias a la Fundación Ambulancia del Deseo, su sueño se pudo cumplir: Antonio fue trasladado en ambulancia desde San Pedro Del Pinatar hasta el Teatro Romea, acompañado por un voluntario de FADE, y un equipo de asistencia de la Ambulancia del Deseo.
En el teatro pudo disfrutar “La gala de estrellas de la danza española” que reunió a los primeros bailarines de las mejores compañías del país, junto a estrellas internacionales, representantes de la danza española de primer nivel con un espectáculo de flamenco al son de la guitarra, trajes coloridos y un impresionante juego de luces.
Estaba super contento -¡bravo bravo!- no paraba de decir Antonio, comentó Paco, quien lo acompañó. «Fue toda una experiencia; se pueden cambiar las vidas de las personas al menos por unas horas»: es lo que buscamos a través de este voluntariado hospitalario.
Antonio disfrutó de la actuación desde un palco habilitado para la camilla, y también tuvo la oportunidad de bajar al patio de butacas para admirar la estructura, el techo y la belleza del teatro.
Uno de los momentos más conmovedores de la noche ocurrió cuando un bailarín se acercó a saludar a Antonio, seguido por la madre de dos de las bailarinas murcianas que también actuaron. Además, tras la función, Antonio fue invitado a una pizzería cercana, donde compartió una agradable velada con los artistas y con el magnífico equipo de la Fundación Ambulancia del Deseo.
Antonio vivió una tarde mágica que le devolvió la sonrisa y la ilusión. La Ambulancia del Deseo y el voluntariado de la Fundación FADE demostraron una vez más que un simple gesto puede transformar un día gris en un momento inolvidable, ofreciendo consuelo y momentos de felicidad a aquellos que más lo necesitan.